EL MUVI ANTES DEL MUVI

El Museo de Villena es fruto de la fusión de dos destacadas colecciones municipales. Por una parte la integrada en el antiguo Museo Arqueológico José María Soler, a la que se incorporó el conjunto de piezas etnográficas reunidas por Jerónimo Ferriz Hernández y donadas al pueblo de Villena.

El Museo Arqueológico Municipal de Villena se inauguró el 3 de noviembre de 1957 con los materiales reunidos por José María Soler a lo largo de más de cuarenta años de trabajos arqueológicos en Villena y su entorno.

El descubrimiento de los tesoros de Villena en 1963 propicia que el Ministerio de Cultura considere la importancia de estas colecciones para crearlo oficialmente en 1967 bajo la denominación de «Museo Arqueológico José María Soler».

Desde entonces, los fondos se han incrementado y hoy en día permiten establecer un recorrido histórico de la comarca del Alto Vinalopó, desde el Paleolítico hasta el siglo XX.

El museo cuenta con piezas procedentes de los términos municipales de Biar, Benejama, Campo de Mirra, Cañada, Caudete, Salinas, Sax y Villena, aunque son especialmente relevantes el fabuloso conjunto del Tesoro de Villena, los materiales prehistóricos del Cabezo Redondo, y los ibéricos y medievales de El Puntal de Salinas y del Castillo de la Atalaya, respectivamente.

En 2004 se produce un punto de inflexión, cuando el Museo pasó a gestionar el lote de más de cinco mil objetos etnográficos donados por el ingeniero agrónomo Jerónimo Ferriz y depositados en el edificio de la antigua Electro Harinera Villenense, adquirido en 2001 por el Ayuntamiento. Es un excepcional conjunto tanto por la cantidad de piezas que lo conforman –es la segunda más voluminosa del territorio valenciano–, como por el propio interés de las mismas. Sucintamente, la naturaleza de esta colección viene marcada por la especialidad de su antiguo propietario, por lo que el predominio de los útiles agrícolas es destacable. Sin embargo, cuenta también con piezas muy diversas relacionadas con otras actividades tradicionales como carros y carruajes, objetos de talleres artesanos, mobiliario doméstico, piezas textiles, objetos de religiosidad popular, etc. En definitiva, unos fondos etnográficos  que ilustran los modos de vida en nuestra zona durante los siglos XIX y XX.

Con estas dos colecciones el Ayuntamiento de Villena en la sesión plenaria del 26 de noviembre de 2020, creó  una nueva institución museística que fue reconocida oficialmente el 27 de abril de 2021 por la Conselleria de Cultura de la Generalitat Valenciana.

José María Soler García. Villena, 1905-1996

Una de las salas principales del MUVI recibe su nombre en homenaje y recuerdo a la figura más importante de la historia de Villena en el siglo XX.

Soler dedicó su vida al estudio y la recuperación de la historia y el patrimonio de Villena gracias a metódicas excavaciones arqueológicas, acompañadas de una paciente lectura de documentos históricos.

A él se deben descubrimientos arqueológicos tan relevantes para la investigación histórico-arqueológica como la cueva del Cochino, o la identificación de los primeros yacimientos del Neolítico en Villena. Catalogó yacimientos y materiales de la Edad del Bronce, entre los que destacan sus trabajos en el Cabezo Redondo y el excepcional hallazgo del Tesoro de Villena, considerado uno de los conjuntos más importantes y conocidos de la orfebrería prehistórica europea.

En 1957 fundó el Museo Arqueológico Municipal, una institución referente en la museología valenciana y que ha supuesto el germen de este museo.

Entre los premios y distinciones recibidos cabe citar las medallas de Oro de Villena y de la provincia de Alicante; la de Bronce de las Bellas Artes del Ministerio de Cultura, los premios Extraordinario de Musicología del CSIC, el Montaigne de la Fundación F.V.S. de Hamburgo (Alemania) y el Doctorado honoris causa por la Universidad de Alicante.

Su legado cultural y bibliográfico se custodia en la Fundación Municipal José María Soler, que mantiene viva su esencia.

Jerónimo Ferriz Hernández. Villena, 1931 – Alicante, 2000.

Estudió Ingeniería Superior Agrónoma en la Escuela Técnica de Madrid, doctorándose con una tesis sobre pesas y medidas agrarias. Su profesión y afición por ese mundo le llevó a reunir útiles de labranza, enseres domésticos, industriales y antigüedades de todo tipo. 

En 1995 adquirió esta antigua fábrica electro-harinera donde organizó las 6000 piezas de su colección con la intención de crear un museo etnográfico, proyecto que se vio truncado por su prematura muerte. Antes de este desenlace, donó a la ciudad de Villena su colección y el ayuntamiento adquirió el edificio a sus herederos. De esta forma, en 2004, continente y contenido pasaron a ser de propiedad municipal.

La prestigiosa colección se caracteriza por su gran diversidad de materiales y usos generados por la actividad humana de Villena y su entorno. Algunos objetos se han exhibido en distintas exposiciones y eventos de carácter local, provincial y nacional.

La antigua Electro Harinera Villenense, sede del MUVI

El 19 de mayo de 1909 la compañía francesa Andrieux Ratié y Cia, C.B. fundó en este edificio la Electro Harinera Villenense, una gran fábrica de harinas y electricidad que dio servicio a toda la comarca. 

La proximidad del ferrocarril fue determinante para la elección del lugar, ya que facilitaba la carga y descarga del carbón, traído desde Asturias, con el que funcionaban los motores de gas pobre. Posteriormente, se sustituyeron por otros eléctricos hasta 1957, fecha en la que venden la sección eléctrica a Hidroeléctrica Española, manteniendo la molienda.

Finalmente, en septiembre de 1966 la Electro Harinera Villenense S.A. se transforma en cámaras frigoríficas para almacenar fruta. El nuevo negocio se mantiene hasta junio de 1986, cuando el último Consejo de Administración decide suspender la actividad.

El edificio se abandona, permaneciendo cerrado hasta que, en 1993 el ingeniero agrónomo Jerónimo Ferriz lo adquiere con la intención de instalar en sus grandes espacios un museo etnográfico, con la colección que había logrado reunir.

Truncado el proyecto de Ferriz con su prematura muerte, el edificio lo compra el Ayuntamiento en 2004 para destinarlo a museo. Así nace el Museo de Villena (MUVI), con esos fondos etnográficos y los arqueológicos que se exhibían desde 1957 en el Museo Arqueológico José María Soler.

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