Los primeros indicios se observaron en la IV campaña de excavaciones arqueológicas efectuada en 2013. Se hallaron restos pétreos y de adobes que parecían dibujar un semicírculo. Recientemente, durante la V campaña se ha podido comprobar que se trata de un pozo para la extracción de agua excavado en el subsuelo. Se encontraba colmatado con tierra, abundantes piedras y elementos diversos de época romana, actualmente en estudio. También se halló en su interior el esqueleto casi completo de un equino. Todo ello fue arrojado al interior cuando el pozo perdió su funcionalidad y comenzó a utilizarse como basurero. La cota de profundidad excavada alcanza unos 5 m quedando pendiente el vaciado total para la próxima campaña.