En la primavera de 1964 J.Mª. Soler procedió a intervenir en los yacimientos del Peñón de la Zorra, las dos cuevas situadas en las laderas oriental y occidental y el poblado, además de la cueva del Barranco, situada en una elevación contigua. Las excavaciones realizadas en las cavidades (Soler, 1981) pusieron de relieve su aprovechamiento como espacio funerario, interpretado inicialmente como de carácter individual que, a tenor de la cultura material recuperada, se asociaban al Campaniforme, aunque algunos autores alargaban su uso hasta la Edad del Bronce en función de la presencia de plata (Bernabeu, 1984; Simón, 1998). La posterior revisión de los conjuntos materiales, así como el análisis osteoarqueológico de los restos humanos (Jover y De Miguel, 2002), revelaron que no podían seguir considerándose como enterramientos individuales en tanto en la Cueva Oriental se identificaban seis individuos y dos en la Occidental.
Palabras Clave
Campaniforme, Edad del Bronce, Poblado en altura, Cerámica decorada, Poblamiento
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