La edad media

En el año 711 tuvo lugar la ocupación islámica de la península Ibérica, llamada por los árabes Al-Ándalus. En el periodo andalusí, que abarca desde el siglo VIII hasta mediados del XIII, se encuentran las raíces de la futura ciudad de Villena. En esta primera fase altomedieval (siglos VIII y IX) se observa un hábitat disperso, de carácter rural, constituido por pequeñas unidades familiares que pertenecerían a la Cora de Tudmir, cuyo centro era Orihuela. A partir del siglo X surgen los dos principales núcleos urbanos. Uno es Bilyana, que ocupará la planicie existente entre la Puerta de Almansa y la Losilla, con sus correspondientes cementerios islámicos. El otro es Salvatierra, fortaleza situada en la sierra de la Villa, que contaba con una aldea habitada relacionada con la custodia de la propia fortificación.
A partir del siglo XII, Bilyana se convierte en madina o ciudad, capital de un iqlim o distrito almohade. El tercer califa Al-Mansur (1184-1199) construye la fortaleza de la Atalaya y, en su entorno, crecen los barrios de la Villa y el Rabal.

En 1240 los caballeros de Calatrava conquistaron Salvatierra y Villena para la corona de Aragón. Con el tratado de Almizra de 1244, Villena pasa a propiedad castellana, convirtiéndose en el embrión y capital de un señorío. Su principal promotor y repoblador fue don Juan Manuel, noble y literato, sobrino de Alfonso X y yerno de Jaime II, nombrado príncipe de Villena. En esta etapa, a inicios del siglo XIV, se amuralla el núcleo urbano y se reestructura la villa.
En 1366, se crea el Marquesado de Villena, título que concede el rey Enrique II de Castilla a su amigo don Alfonso de Aragón. El primer marqués benefició a Villena relanzando el comercio, potenciando ferias y mercados.
En el siglo XV, con los Pacheco al frente del marquesado, se amplía considerablemente el castillo de la Atalaya. En 1476 se produce una revuelta, en la que el castillo fue asediado por los vecinos de Villena opuestos al marqués. Ese mismo año Gaspar Fabra conquista Villena en nombre de los Reyes Católicos.
Posteriormente, en 1480, Villena y su marquesado se incorporaron definitivamente a la corona.